El agua posee une sabiduría
Un día de buen tiempo, al amanecer, mirad la mar.
Lisa y voluptuosamente cerrada sobre sí misma, el agua está sin embargo abierta al mundo exterior reflejándolo en sus más imperceptibles matices.
Esta plenitud serena es un retrato fiel de la felicidad… y la fugacidad de ese momento, alterado por la primera brisa, traduce también su impermanencia en lo humano.
El agua posee una sabiduría.
Observar sus innumerables rostros genera reflexiones acertadas.